martes, 23 de diciembre de 2008

Crónica de un Día sin ti

Por pocos segundos pasan las cero horas
Y mi cuarto yace inerte
entre penumbra Igual que mi cuerpo
A diferencia de mi mente
Por poco ha empezado otro día.

Por mucho un mal día
Ya parece que te perdí
Son las horas de nostalgia
De mi primer día sin ti.

Mis ojos permanecen cerrados
A la una veinte de la mañana
Mis sueños parecen mejores que la verdad
Los minutos que he dormido
Cobijado de soledad.

He buscado por mi cama el sueño
Hasta las dos quince
Talvez hoy no duerma
Talvez no vuelvas no lo se.

Pero si vuelves un día
Yo quiero ser otro
Cuando pases por aquí
No quiero recodarte
Ni que te acuerdes de mi.
Y comenzar de nuevo.

El reloj marca las tres diez
Y encontré la calma hasta este momento
Y aunque no descanso durmiendo estoy
Sueño que despierto y nada paso.

Las cinco cincuenta se anuncian ya
Y estoy por volver
De mi mundo de fantasía
La lluvia suena contra mi ventana
Y se hunde mi utopía.




Sigo pensando en ti
A las seis con veinte
Si te volveré a ver
Y si será suficiente.

Sigo vegetando entre mis sabanas
A las once treinta y siete
Y no se si un día te enamore
O tan solo tuve suerte

A las doce veintitrés
Me duele el cuerpo
Y me duele saber
Que tu amor expiraba,
Me duele la vida
Y el amor que jurabas.

A la una en punto decido desayunar
Me lleno de nostalgia
Y solo quisiera llorar.

Apenas termino y me paseo
Por la sala la cocina y el comedor
Son las dos treinta y cuatro
Y vuelvo a mi habitación.

A las tres con diez
Aun no ha dejado de llover
El sol aun no muestra señas
Así como tu, que no piensas volver.

Suenan las cinco
En el reloj de la sala
Y me siento cayendo
Como después de perder un ala.

Ha pasado ya una hora
Desde que estoy viendo mi reflejo
Sentado en el sillón
escuchando un televisor apagado.

Son las seis con doce
Y me decido a jugar
Pero gana la nostalgia al ver
Aquel juego que nos hacia enojar
Por competitivos y orgullosos.
Son las ocho treinta y tres
Y el sol nunca salió
Me recuesto sobre mi cama
Sin saber aún que fue lo que pasó.

Se acercan sigilosas
Las once veintisiete
Cuando me escucho reír
Y que mas podría hacer
Si quiero evitar sufrir.

Me incorporo sobre las almohadas
Y tomo tu fotografía
La observo por unos minutos
Y observo mi alrededor,
La vida que se me escapa
Y de nuevo soy yo el perdedor.

Son ya las doce cincuenta y nueve
Y estoy donde empecé
Triste y desorientado
Hace ya 24 horas te perdí
24 horas de esta vida mía
Que creí que no terminaría jamás...
Pero mañana, mañana será otro día...

C Nieto 2004

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